domingo, 23 de marzo de 2014

HABLEMOS DEL PALO BORRACHO ROSA


Se encuentran en nuestra ciudad, aclimatados, algunos ejemplares de estos maravillosos y extraños árboles.
Los mas antiguos se encuentran el los jardines de los Reales Alcázares, plantados cuando la Exposicion Iberoamericana  de 1929.  También algunos ejemplares en la Isla de la Cartuja  para la Exposición Universal de 1992, en el parque Celestino Mutis, en el de los Principes y en otros lugares de nuestra ciudad.

En los jardines de Federico Garcia Lorca del barrio de Nervión, se encuentran tres preciosos Ceibas, algunos de ellos en esta entrada.



  Maravilloso: por su espectacular floración, pues las flores salen cuando quedan muy pocas hojas en él, las pierden en la estación cálida, se llenan de grandes y preciosas flores, cuyas corolas formadas por cinco pétalos ligeramente rizados y de un color rosa intenso y en la base blanco, amarillo y jaspeado.

    Es un espectáculo ver estos árboles llenos de flores con 
    ese color y casi sin hojas.

  En Sevilla, esta floración suele ocurrir en los meses de
  Septiembre,Octubre y Noviembre.
 

Llama la atención, lo desarrollado de su parte fértil, detacando el tubo estaminal coronado por las anteras ( los saquitos donde está el polen) y el pistilo, tubito concentrico, blanco y mas largo , terminando e el estigma de color rojizo.



Extraños: por su tronco de  forma elipsoide, de botella, con la parte inferior mas gruesa que la superior, de color verde en los ejemplares jóvenes y pardo verdoso en los demás, está lleno de pigmentos de clorofila, lo que hace que puedan vivir sin hojas durante la Estación Seca realizando este la función clorofílica y  sirviendo de reservorio de agua para el árbol cuando llega esta estación y junto con esto y con la pérdida de casi todas sus hojas, consigue vivir hasta la próxima Estación Templada, abundante en lluvias.  Posee cortas y gruesas espina en forma de pequeños conos alrededor de él y de las ramas,
estas  se sitúan de forma horizontal en el tronco, creando con ello grandes copas.



















Las hojas son también grandes,de dieciséis centímetros o más, compuestas, formadas por cinco o siete folíolos ligeramente aserrados, con largos ápices o pedúnculos y de un color verde claro y con el nervio central muy pronunciado.


Los frutos, en forma de bayas, que cuelgan de un largo pedúnculo, son unas vainas o cápsulas alargadas de forma aovadas, oblongas, verdes claro que al madurar se vuelven marrón y se abren en cinco segmentos circulares apareciendo y saliendo una cantidad notoria de una fibra blanca de aspecto sedosa y algodonosa de celulosa y lignina, parecida al algodón y que envuelve a las semillas, por eso se le conoce en sus lugares de origen, también, por árbol algodón, estas semillas, del tamaño de un guisante y de color obscuro, son esparcidas al abrirse el fruto, son de fácil germinación siendo su mejor forma de reproducirse, la sexual.

 La fibra que envuelven las semillas se usan para rellenar cojines, almohadas y colchones, recibiendo también el nombre de miraguano y el de kapok, aunque este último corresponde al de Ceiba pentandra.
Las semillas se utilizan para obtener un aceite, para iluminar y hacer jabón, la madera no tiene gran utilidad, pues, es relativamente blanda, usada para cajones y embalajes, pero su corteza y hojas son empleadas en medicina, son ricas en 
terpenos, fenoles,carboxilos, isoflavonas y tanínos, estos principios activos vegetales, son antioxidantes, actuan contra la menopausia, antihemorrágicos, diuréticos, antiinflamatorio
y dicen que cocimientos de la corteza son usados como abortivo.
                                                                                  

Este árbol tiene su hábitat natural dentro de las zonas orientales húmedas, tropicales y subtropicale de Asia, África, Centro y Sur de América, islas del Caribe, ( su flor es el símbolo de Puerto Rico), México y Guatemala (  es el árbol nacional en Guatemala).



Cuenta la leyenda, o tal vez la historia, que el sucesor del Inca Moctezuma, Cuauhtémoczin, el último faraón mexica, después de haber estado prisionero cuatro años, fue ahorcado por orden de Malinche, (así le llamaban los mexicas a Cortés), en una ceiba, una chorisia, que era el árbol sagrado de los mayas y de otros pueblos amerindios.


El lugar donde mejor vegeta este árbol, se encuentra en el sur de Brasil, Argentina, Uruguay, oeste de Bolivia y Paraguay siendo muy apreciados por la belleza de su floración, siendo esta en los meses de Febrero, Marzo y Abril.



 Es muy apreciado para embellecer parques y jardines, avenidas, plazas y bulevares, encontrándose hermosos ejemplares en Buenos Aires, Asunción y Montevideo entre muchos otros.


 Pueden alcanzar alturas de mas de veinticinco metros y mas de un metro de diámetro, sus raíces emergen del suelo alrededor del tronco formando unos contrafuertes. En las zonas de aclimatación pueden llegar a doce metros de altura y algo mas de sesenta centímetros de diámetro,



El nombre que los botánicos le pusieron a este árbol, es Chorisia speciosa, en honor de Louis Choris, dibujante, pintor y explorador de origen ucraniano que acompañó al naturalista y almirante ruso alemán Otto von Kotzebue en la búsqueda del Paso del Noroeste en el Océano Ártico, se le puso nombre al género, Chorisia y el nombre (epíteto) de la especie, speciosa, derivado del latín speciosus que significa, hermoso y bello.
Se clasificó en la familia Bombacáceas, a la que pertenecen los baobabs, la balsa y muchos mas, pero en 1998 fue de nuevo clasificado por un botánico chileno, Ravena, cambiando su género al de Ceiba, que es el nombre con que se conoce en America e introduciendo la familia anterior en otra llamada Malváceas con lo que esta fue incrementada. Se mantuvo el nombre de la especie, speciosa.












 

Este precioso árbol es conocido con muchos nombres, además de los anteriores, como: árbol botella, árbol de la lana, samahú, toborochí, bomba dágua, entre otros.







domingo, 9 de junio de 2013

Hablemos del Magnolio





El magnolio es un árbol muy ornamental, de porte alto y  piramidal, los más viejos, aparasolado y de
copa densa, son utilizado para embellecer jardines, parques y glorietas, algunos ejemplares pueden medir más de 20 metros, sus hojas son grandes y  perennes, coriáceas, de un verde obscuro y brillante en el haz y rojiza y mate en el envés, grandes y elípticas, ligeramente puntiagudas, algo curvadas, con grueso nervio central y largo ápice.  Vegetan muy bien en suelos ligeros y sombreados, siendo muy resistentes a las enfermedades y plagas.
 
 Tiene un cierto parecido a los ficus, sobre todo, con Ficus  macrophylla,  lo suelen confundir.



Sus flores son espectaculares, de un blanco nieve a un blanco crema, grandes y fragantes pero de corta duración, nacen en los extremos de las ramas del año anterior y espaciadas unas de otras, por lo que en los árboles adultos, aunque duran, como dije antes, poco, no se nota, permanecen de Junio a Julio. Es una flor que se puede considerar como melífera, pues es muy visitada por las abejas.





Estas flores tienen gran parecido a los tulipanes y a los lotos,  se diferencian de la gran mayoría de las demás flores en que  no tienen pétalos ni sépalos al no disponer de cáliz ni corola, por lo que estas hojas reciben el nombre de tépalo, esta palabra se inventó para definir este tipo de hoja, de las flores que carecen de ellas.






Sus frutos son como piñas alargadas que, una vez maduras las semillas  se encuentran como encriptadas dentro, tienen forma de habita plana de un cm. de larga y un color rojo escarlata brillante



Los botánicos  clasifican a estos árboles dentro de la familia  de las Magnoliáceas  y del género Magnolia, éste nombre, puesto por Linneo, en recuerdo del médico, botánico y escritor francés, del último tercio del siglo XVII Pierre Magnol.



Este género está representado por unas 120 especies  que se distribuyen por Sudamérica, Centroamérica, Méjico, Estados Unidos de América y el Sudeste de Asia.

Procede este árbol del Sureste de América del Norte, en Virginia fue donde se descubrió. La especie a la que pertenece es Grandiflora, por el tamaño de sus flores.
También es conocido por  Magnolia virginiana var. foetida.
Se introdujo en Europa  a principio del siglo XVIII y en la Universidad de Padua vive uno, que calculan que tiene  260 años.



Este árbol se encuentra muy representado en Sevilla, con bellos ejemplares que vegetan  muy bien, los podemos ver, en la Av. de Rodríguez Caso  en el Parque de María Luisa, en el Casino de la Exposición,  los más jóvenes  en el Cristina y  en los jardines de Celestino Mutis, otro precioso, en la Av. de la Constitución, junto a la Catedral y los más viejos y hermosos  en los jardines de los Reales Alcázares, exactamente uno espectacular en el jardín de la Danza, frente al estanque de Mercurio.






Y como de Sevilla y del Magnolio estamos hablando, que mejor que acabar esta entrada, recordando este bello poema en prosa, llamado El  Magnolio, de la obra Ocnos de Luis Cernuda, terminada en 1942 durante su exilio en Inglaterra. En él evoca su infancia, en su Sevilla natal.

Al fondo de la calle sólo había una puertecilla siempre cerrada, y parecía como sí la única salida fuera por encima  de las casas, hacia el cielo de un ardiente azul. En un recodo de la calle estaba el balcón, al que se podía trepar, sin esfuerzo casi, desde el suelo; y al lado suyo, sobre las tapias del jardín, brotaba cubriéndolo todo con sus ramas el inmenso magnolio. Entre las hojas brillantes y agudas se posaban en primavera, con ese sutil, misterio de lo virgen, los copos nevados de sus flores. Aquel magnolio fue siempre para mí, algo más que una hermosa realidad: en él se cifraba la imagen de la vida.